En 2017, por ejemplo, hay 16 feriados de los cuales 5 caen viernes o lunes. Si a esos fines de semana le sumamos un feriado el lunes o viernes opuesto (o el martes, o el jueves), estaremos sumando un 25% de aplicación neta para el turismo (ya que están pegados a otros feriados).
A cambio, estaremos cediendo 5 días laborables sobre un total de 248 en el año, es decir, el 2,02%. Y 4 días de clase (uno de los fines de semana largo cae en vacaciones) sobre un total de 187, lo que da 2,14%.
El total de feriados previsto para 2017 es de 16, de los cuales 4 caen sábado o domingo. Es decir que al total de feriados "turísticos" (llamémosle así a los días que no caen fin de semana pero igual no se trabaja), que son 12, le estaríamos agregando 5: un 41,67%.
Con esta propuesta le estamos dando al turismo un 41,67% más de días y a cada fin de semana largo un 25% más de extensión. A cambio, la actividad laboral y las clases pierden apenas poco más de un 2%.
La conveniencia de aplicarla es evidente.